El 2025 llega con una invitación clara: volver a lo esencial. Después de años de maximalismo digital y estímulo constante, el diseño de interiores adopta un enfoque más consciente, emocional y sostenible.
1. Materiales con alma: La autenticidad está en el centro de todo. Predominan la cerámica imperfecta, las maderas recicladas, el lino sin tratar y los metales opacos.
2. Paletas suaves inspiradas en la tierra: Los tonos desaturados como arcilla clara, salvia, arena y cacao pálido reemplazan los colores brillantes. Aportan profundidad sin saturar.
3. Formas suaves y envolventes: Desde sofás curvos hasta espejos redondeados, la geometría se vuelve más amable y orgánica.
4. Espacios vividos: No se trata de mostrar, sino de sentir. Ambientes que combinan funcionalidad con calidez: menos simetría, más personalidad.
5. Inspiración natural: Plantas colgantes, jarrones con flores secas, obras artesanales en barro o madera. El hogar se convierte en un reflejo de la naturaleza.